En blogs anteriores, hemos hablado sobre la importancia de un enfoque interdiciplinario a la hora de abordar cualquier temática del adulto mayor. Lo dicho entonces cobra aún más relevancia en el contexto actual. ¿Por qué? La razón es que la humanidad nunca había enfrentado una pandemia de forma tan peculiar, esto en el sentido de que si bien las pandemias no son nada nuevo, y basta con recordar algunas de las peores como lo fueron la peste negra entre 1347-1353, el brote de viruela en los aborígenes de América en 1520, la peste bubónica en 1582, las pestes del cólera en los 1800, la gripe española en 1918, entre otra, la humanidad nunca había luchado contra una pandemia teniendo tanta tecnología y conocimiento médico a su disposición, ni había tenido que enfrentar una pandemia en un mundo tan altamente interconectado como en el que vivimos hoy. Esto presenta dos escenarios:
1) Los grandes avances científicos y tecnológicos nos brindan una mayor protección y armas para poder enfrentar dicha pandemia.
2) Al ser un mundo interconectado, con millones de personas desplazándose por el mundo en cualquier momento, la velocidad de propagación (contagio) fue mucho mayor que cualquier otra enfermedad que la humanidad haya enfrentado antes.
Es en ese contexto que distintos especialistas han mencionado que la salud está compuesta por 3 factores: biológicos (nuestro cuerpo), psicológicos (nuestramente, personalidad, conducta, recuerdos, etc) y sociales (nuestra familia, amigos, vecinos, comunidad, país, etc). También se les llama de forma resumida factores biopsicosociales. Si bien las medidas médicas que protegen nuestro cuerpo son esenciales, como el protocolo de lavado de manos, el distanciamiento físico, protocolo de tocido y estornudo, etc; esto no es lo único que debemos tomar en cuenta con relación al adulto mayor.
Una protección integral del adulto mayor contra el COVID-19 se compone de varios puntos, por ejemplo, en la parte biológica, si un adulto mayor tiene alguna enfermedad crónica, es importante su constante monitoreo y consúmo de medicamentos. También es importante el ejercicio físico supervisado y una alimentación adecuada. Además de una correcto ciclo de sueño.
En la parte psicológica, es importante que el adulto mayor se sienta seguro y protegido. Ellos son conscientes de que son una población de riesgo y el poder contar con acompañamiento psicológico y emocional es de suma importanci ya que es natural que se puedan llegar a sentir abrumados por la situación.
En la parte social, es bastante beneficioso que los adultos mayores tengan interacción social con otras personas de su edad, por lo que si bien, hay que tener distanciamiento físico, nuevamente hay que comprender que no es un distanciamiento emocional y tener redes de apoyo ayuda a poder fortalecer los vínculos de los adultos mayores.
Evalúe con detenimiento si su familiar adulto mayor realmente cuenta con una protección integral en contral del COVID-19 y escríbanos sus consultas al correo pregunta@verdeza.com. Estamos para servirles.