Sabemos que cualquier persona es propensa a una caída; sin embargo, en la etapa de la adultez mayor, diferentes factores incrementan las posibilidades y sus consecuencias podrían ser más graves que en etapas anteriores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las caídas como “una consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite a una persona al suelo en contra de su voluntad, hecho que impacta con mayor gravedad a los adultos mayores”. Hay que recordar que, debido al proceso de envejecimiento, ocurre una disminución de la masa muscular y los huesos llegan a ser más frágiles.
Existen muchas causas de las caídas y muchas de ellas están relacionadas a elementos que requieren eliminarse, modificarse o implementarse. Por lo que es necesaria una constante revisión de ellos.
Siendo nuestro propósito el velar por el bienestar de la población adulta mayor, a continuación, les ofrecemos tres recomendaciones para prevenir una caída.
1. Control médico
Con esto nos referimos a que la persona adulta mayor debe acudir a las citas médicas de control y seguir las indicaciones acerca de la toma de medicamentos, como, por ejemplo: la dosis y el horario establecido.
Sumado a esto, ser fiel a una rutina de alimentación y no postergar las horas de la comida, para prevenir descompensaciones por niveles bajos de azúcar en sangre.
2. Uso de calzado adecuado
Muchas veces el tipo de calzado propicia las caídas en personas de cualquier edad, pero sobre todo en las adultas mayores. Ya sea que este no esté lo suficientemente ajustado, no sea de la talla correcta o que su suela se deslice fácilmente. Por lo que debemos supervisar los zapatos de nuestros adultos mayores y de ser necesario, adquirir calzado especial que prevenga caídas o tropezones.
3. Revisión de la vivienda
Este punto es muy importante y requiere que constantemente revisemos las viviendas y nos aseguremos que la iluminación es correcta y que no hay obstáculos que pudieran ocasionar una caída. También es necesario incorporar barandas, soportes o agarraderas para cuando la persona adulta mayor se desplaza por la vivienda o incluso, para cuando usa el inodoro.
De modo que sea seguro su desplazamiento y estadía en la vivienda. Y que él o ella lo haga con libertad y confianza.
La idea es reducir lo mayor posible una caída en la tercera edad. Con estas recomendaciones, y la constante revisión y vigilancia, es posible lograr que las personas adultas mayores tengan la mejor calidad de vida posible.