Vivimos en un tiempo en que la tecnología se ha vuelto una aliada muy importante, al facilitarnos diversas tareas; como consecuencia de ello, las personas dedican mucho tiempo a la utilización de los dispositivos móviles, y según lo que se ha observado, a nivel de interacción social, los seres humanos no están experimentando las interacciones con la misma calidad de antes, debido que generalmente las personas están pendientes de su celular, por lo que se le dificulta mantener su atención plenamente en la conversación.
Es por esta razón que queremos comentar sobre la relevancia de crear vínculos en los que se genere el diálogo y el intercambio de conocimientos dentro del grupo familiar, sin interferencia de dispositivos.
Cuando hablamos de relaciones entre generaciones, nos referimos al intercambio verbal y afectivo entre diferentes grupos etarios. Esto resulta muy enriquecedor y fuente de sabiduría. Enfocado a la interacción cara a cara con los miembros de la burbuja social, puesto que, por el momento debemos cuidarnos y no mezclar burbujas.
La comunicación es siempre necesaria y por medio de ella nos nutrimos y recibimos retroalimentación. Esta es fuente de estimulación social y es más que la expresión verbal. De hecho, el primer axioma de la comunicación, formulado por Watzlawick, establece que “es imposible no comunicar”, en tanto, en el silencio, los gestos, conductas y actitudes también envían mensajes, aunque no contengan palabras.
Lo que queremos promover es que los miembros del sistema familiar conversen, pregunten y construyan su historia familiar ¿Cuántas veces sucede que las personas más jóvenes no han escuchado sobre sus bisabuelos, tatarabuelos, etc. y, sin embargo, llevan su nombre o heredaron el color de sus ojos? O ¿Cuántas veces pasa que los padres o abuelos no saben qué tipo de música escuchan los más jóvenes?
Todo eso les brindará pautas para aprender a convivir entre generaciones, partiendo del hecho de que los diferentes acontecimientos les afectan de diferentes formas. Como, por ejemplo, el avance de la tecnología, la política, la pandemia por COVID-19, etc.
Por lo que este momento histórico en el que debido a la pandemia pasamos más tiempo en casa y cohabitamos con los miembros de la burbuja familiar durante más tiempo, es el momento propicio para ejercitar más el diálogo, eso sí, siempre desde la convivencia basada en el respeto y la paz.