Es bien sabido que el 1 de mayo de cada año, se celebra el día de la persona trabajadora, quien desde su disciplina o campo laboral brinda diversos aportes a la sociedad. Y por ello, agradecemos el empeño y el trabajo honrado.
No obstante, queremos reconocer especialmente el trabajo efectuado, en épocas anteriores, por quienes ahora se encuentran en la etapa de la adultez mayor y gozan de su jubilación. Destacamos tanto el trabajo productivo, es decir el realizado en el ámbito público, cómo el reproductivo y no remunerado; con este último nos referimos a las labores que históricamente han sido naturalizadas y hasta cierto punto invisibilizadas, como es el caso de las funciones domésticas y la crianza de la niñez (Cruz, 2020). Pero que, gracias a estos años de trabajo, ellos (as) han aportado a nuestro país, desde sus diferentes ocupaciones.
En tanto, es nuestro deber considerar los beneficios y privilegios que ahora tenemos y que han sido resultado de tantas horas de trabajo, jornadas agotadoras y desvelos. Sabemos que nuestros (as) adultos (as) mayores ahora cosechan los frutos de su arduo esfuerzo y se sienten satisfechos (as) de poder contemplar sus logros.
Las personas adultas mayores disfrutan de la etapa de la adultez mayor y de los vínculos afectivos con su descendencia y demás seres queridos. Puesto que cada etapa del desarrollo humano tiene sus propias tareas, y se dice que conforme las personas avanzan en edad, se centran más en los sentimientos y en compartir con quienes aman (Carstensen, Fung y Charles, 2003).
Por lo que para las personas adultas mayores es importante que sus aportes sean valorados y jamás subestimados. Sino más bien, es nuestro deber admitir que gracias a sus múltiples roles y a que fundaron familias, criaron ciudadanos y transmitieron numerosos conocimientos, hoy somos la sociedad que somos.
Finalmente, deseamos terminar con la siguiente frase de Hellen Keller: “el mundo no se mueve sólo por los poderosos empujones de los héroes, sino también por la suma de los pequeños empujones de cada trabajador honesto”. De ahí, que sea tan valioso el aporte de todas las personas que dedicaron sus años de trabajo al desarrollo del país y que nos continúan honrando con su sabiduría y experiencia.