1. Supervisión de un profesional en psicología
Las comunidades para adultos mayores generalmente cuentan con un profesional en psicología que promueve la salud mental entre los residentes, ya sea a partir de técnicas grupales o talleres, o de atención individual.
2. Relaciones interpersonales saludables
Los adultos mayores se van organizando según afinidades y van construyendo vínculos de amistad. En general, ellos conviven con los otros residentes en diferentes actividades o momentos importantes del día. Con este punto nos referimos a que las personas necesitan el desenvolvimiento social en esta etapa de la vida y que, si esta convivencia es satisfactoria, repercute positivamente en su salud mental.
3. Promueve espacios para que los adultos mayores gestionen su tiempo
Si bien existen diferentes actividades que los residentes comparten a lo largo del día, hay momentos en los que se promueve la gestión del tiempo individual de los adultos mayores, de esta forma ellos deciden si quieren leer un libro, escuchar música, ver televisión, hacer una rutina de yoga, etc. De esta forma, ejercitan su autonomía y desarrollan un vínculo consigo mismos.
4. Escucha activa
Una de las necesidades psicológicas de cualquier adulto mayor es la de ser escuchado con atención y respeto. Es por ello, que esta es una de las cosas que procuran este tipo de comunidades, que sean espacios seguros en los que ellos manifiesten sus deseos o preocupaciones y que las mismas tengan la mejor respuesta por parte del personal.
Se les motiva a expresar sus opiniones y sentimientos de forma libre y sin miedo de ser juzgados por ellos.
5. Ambiente armonioso
En las comunidades para adultos mayores se promueve un entorno estimulante y armonioso para los residentes. Se busca que la estadía allí esté libre de estresores para el adulto mayor, que no haya ruidos estrepitosos, música con volumen alto, entre otros. Estas comunidades deben ser lugares pacíficos en los que el adulto mayor se sienta cómodo y relajado.