A partir de la pandemia por el COVID-19 la economía costarricense ha sufrido más afectación que nunca. Por lo que cada uno (a) de nosotros (as) ha tenido que realizar ajustes en sus finanzas y actividades cotidianas.
Economía y alimentación están estrechamente vinculadas y en esta ocasión queremos comentarles acerca de una alternativa para mejorar estos dos aspectos de la vida humana; se trata de implementar una huerta casera o familiar. Definida por la Unidad de Ecotecnologías de la UNAM como “parcelas contiguas a la vivienda donde se cultivan hortalizas de manera intensiva y continua durante todo el año”. Esta es una excelente opción amigable con nuestra economía y salud, puesto que se trata de cultivos orgánicos, libres de químicos que la perjudican.
Por otra parte, les contamos que dedicarse a cultivar alimentos es una práctica que genera beneficios en la salud mental de las personas y, sobre todo, quienes se encuentran en la adultez mayor porque les permite mantenerse motivados y enfocados en llevar a cabo este proyecto.
Además, Estrada y Escobar (2020) mencionan que tener un huerto casero favorece las relaciones interpersonales, la capacidad de trabajo en equipo y mejora la calidad de vida; a la vez que promueve el intercambio de conocimientos entre generaciones.
Así que a continuación, les comentamos tres aspectos que deben ser tomados en cuenta antes de implementar la huerta casera (basadas en la guía provista por la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno de la Ciudad de México, 2020):
1. Iluminación
Lo ideal es que el lugar escogido para sembrar reciba luz solar entre cuatro y seis horas al día. Para iniciar con el huerto es posible utilizar semillas, hierbas e incluso hortalizas o vegetales que tengamos en nuestro hogar.
Estas pueden ser sembradas en un recipiente pequeño en el que reciban sol y agua mientras empiezan a crecer hasta estar listas para ser trasplantadas.
2. Sustrato de cultivo
Un sustrato es un material natural, mineral u orgánico que ayuda a que las raíces obtengan los nutrientes necesarios para su crecimiento. Este debe tener el balance ideal de porosidad y permitir la captación de agua y aire (Sembralia, 2021). Por lo que, si hemos tomado la decisión de implementar el huerto casero, es importante consultar acerca de cuál es el sustrato afín a cada tipo de cultivo, para una mejor obtención de resultados.
3. Riego
Es recomendable que el riego sea en la noche y que en la medida de lo posible utilicemos agua proveniente de lluvia o del lavado de frutas o verduras para reducir el gasto excesivo.
Para esta práctica debemos tener paciencia y vigilar constantemente nuestros cultivos. Ante cualquier duda podemos consultar los diversos manuales que nos brinda el internet.