El envejecimiento trae consigo muchas pérdidas: desde cambios físicos que limitan la independencia de la persona, hasta muertes de algunos seres queridos. Con frecuencia, los adultos mayores tienen muchas pérdidas en períodos cortos. Por ejemplo, un adulto mayor que pierde a su pareja puede sufrir otros duelos como cambios laborales, seguridad financiera o disminución de sus amistades.
Estas vivencias pueden marcar al adulto mayor y dejar un vacío emocional momentáneo en él. Esta situación es completamente normal, pero adquiere distintas características dependiendo de la forma en la cual lo afronta la persona y el acompañamiento obtenido de su entorno social. Por ello, es importante apoyar y no dejar solo a un adulto mayor que sufre una o más pérdidas.
Además, en ocasiones creemos que los adultos mayores reaccionan de forma excesiva ante una pérdida menor; sin embargo, lo que hasta ese momento se consideraba una pérdida menor puede estar reviviendo recuerdos y sentimientos sobre una pérdida anterior mayor.
Por esa razón, la primera forma de apoyar a un adulto mayor que experimenta un duelo es comprenderlo y no minimizar sus sentimientos en ningún momento. Asimismo, como los adultos mayores a menudo enfrentan más de una pérdida a la vez, es bueno hablar sobre cada una de ellas por separado. Aislar las pérdidas ayuda a la persona a sentirse menos abrumada y triste.
Adicionalmente, es importante darle tiempo al adulto mayor para que pueda sentir y expresar sus emociones con otras personas. Además, de permitirle un tiempo prudencial para cerrar los procesos y actividades que la persona no hará más a raíz de la pérdida y del duelo que está atravesando.
Otra recomendación es poder hablar sobre esas señales de tristeza o cambios de conducta que va experimentando el adulto mayor. Eso puede aliviar la carga emocional que la persona le atribuye a su proceso de duelo y hacerlo más llevadero gracias a poder hablar con alguien que le escucha. Las personas mayores, especialmente aquellas que han experimentado varias pérdidas en un breve período de tiempo, suelen agradecer mucho la ayuda de hablar sobre la persona o situación perdida.
También, procure pasar tiempo con el adulto mayor. Atravesar el dolor de forma acompañada hace más llevadero todo el duelo. Los sentimientos de soledad pueden interferir negativamente en el proceso de sanación. Por esa razón, no es adecuado abandonar a un adulto mayor en duelo.
Asimismo, es recomendable estar atento a las señales de duelo prolongado o depresión. Distintos profesionales de la salud señalan que el proceso puede variar dependiendo de cada persona y su red de apoyo, pero lo común es que un duelo por la pérdida de un ser querido dure entre 1 y 2 años. Si se llega a identificar una situación inusual, lo mejor es consultar a algún profesional de la salud o terapeuta que pueda acompañar y ayudar en el proceso de recuperación emocional.
En Verdeza somos conscientes de esa necesidad de apoyo que debe vivir un adulto mayor que atraviesa un duelo. Por eso constantemente sensibilizamos a nuestro personal para que pueda acompañar a los residentes que se encuentren en dicha etapa. Con el paso del tiempo hemos comprobado que la empatía con el adulto mayor durante el proceso, el cariño de parte de su entorno y el esparcimiento por medio de actividades recreativas y artísticas son fuentes de mucho soporte y las cuales ayudan mucho a que un adulto mayor atraviese sanamente el periodo normal de duelo.