Con frecuencia las personas se forman una idea de cómo desean que sea su vida y con base en ello estructuran metas personales que las ayuden a alcanzar su noción de vida ideal. No obstante, a veces se le da mucha importancia a la posesión de bienes, como si fuera lo más esencial y no necesariamente esto es lo que hace felices a las personas, puesto que, en ocasiones la felicidad se encuentra en lo más sencillo y ordinario.
Como hemos mencionado en blogs anteriores, en la adultez mayor, las personas suelen alcanzar la madurez necesaria para distinguir lo superficial de lo trascendental, por lo es una etapa que favorece la autorrealización. Esta es definida como “el deseo de convertirse en lo mejor que uno pueda”. Eso sí, según los propios términos y no lo que exige la sociedad. Por otra parte, Bühler (1962) menciona que una persona autorrealizada es la que “dirige su vida hacia metas y objetivos que representan sus valores y el sentido de su vida”. Es decir, que se trata de una persona que ha encontrado lo que realmente le da sentido a su vida y se mantiene firme en sus valores para acercarse a ello.
Además, una persona autorrealizada refleja esto a quienes la rodean, por lo que, seguidamente, mencionamos cinco cualidades que caracterizan a las personas adultas mayores autorrealizadas, con base en la teoría de Maslow, psicólogo humanista.
- Son espontáneas: esto es porque han aprendido a aceptarse y a no darle tanta importancia a la aprobación de otras personas y por esta razón, actúan y hablan de acuerdo con sus propios criterios, sin reprimirse.
- Les gusta ayudar a otras personas: no se dejan llevar por motivaciones egoístas, sino que desean el bien común; porque son empáticas y comprensivas.
- Son creativas: sacan provecho a sus habilidades y son capaces de proponer soluciones ante los problemas de la vida.
- Tienen sentido del humor: son personas alegres y optimistas. Si bien tienen problemas como todas las personas, pueden encontrarle el lado positivo a los obstáculos, reírse de sí mismas y conservar el humor.
- No tienen prejuicios: no se basan en juicios apresurados, sino que prefieren entender y comprender la situación antes de emitir una opinión.
Estas características reflejan que la persona adulta mayor autorrealizada sabe distinguir lo que la hace feliz y va en busca de ello. Además, ha logrado llegar a una etapa de su vida en la que no es tan importante lo que se espera socialmente, sino que es fiel a sus anhelos y formas de ver la vida.