La felicidad se define como un estado de ánimo de satisfacción general con la vida. Además, puede ser vista como una actitud constante que permanece por periodos largos de tiempo si la persona considera que su vida va de acuerdo con sus expectativas e ideales.
La felicidad es un estado de ánimo que sienten las personas desde que nacen hasta que mueren. No es exclusiva de ninguna etapa en especial; sin embargo, se vive de forma diferente de acuerdo con el ciclo de vida del individuo. No es lo mismo la felicidad para un niño, que para un adulto joven o para una persona mayor.
Al respecto, el Dr. Reynaldo Alarcón (2000) establece una serie de indicadores acerca de la felicidad, pues plantea que: a) es un sentimiento de satisfacción que experimenta una persona con base en sus vivencias interiores; b) se ve reflejada en los estados de la conducta del individuo; c) tiene un carácter temporal duradero; d) la felicidad supone la posesión de un bien, el cual puede ser de naturaleza variada como por ejemplo: bienes materiales, éticos, estéticos, psicológicos, religiosos, sociales, entre otros.
Ahora bien, en la adultez mayor específicamente existe la creencia de que llegar a esta etapa de vida conlleva un deterioro físico y mental, algo que se acompaña con la visión de la muerte próxima. Eso crea la suposición de que todo ello genera infelicidad. Sin embargo, como en cualquier otra etapa de la vida, la felicidad es una decisión, una cuestión de actitud ante las oportunidades que se encuentran presentes en la vida del adulto mayor. Ser feliz no es solo un estado de ánimo, es una actitud constante (Segura y Ramos, 2009).
Según Segura y Ramos (2009), si un adulto mayor desea alcanzar la felicidad es importante que:
- Dedique mucho tiempo a fortalecer las relaciones con su familia y amigos.
- Se sienta cómodo expresando gratitud por todo lo que tiene y ha logrado.
- Realice actividades que le gusten y le generen una sensación de confort.
- Estimule su mente por medio de acciones que le reten intelectualmente.
- Viva el presente y sea optimista al imaginar su futuro.
- Convierta el ejercicio físico en un hábito presente en su vida.
- Siga comprometido con sus objetivos y ambiciones de vida.
A partir del entendimiento profundo y la experiencia que tenemos en Verdeza consideramos la felicidad como un factor decisivo en la rehabilitación y la calidad de vida de las personas adultas mayores. Por esa razón, fomentamos actividades que abarquen las tres dimensiones del ser humano. En el área física, promovemos el ejercicio, la alimentación adecuada y el control médico constante. Para el área emocional, mantenemos un proceso de constante afectividad y socialización tanto entre los mismos residentes como con sus familiares. Por último, en el área mental, promovemos que los adultos mayores se mantengan activos, por medio de actividades culturales y artísticas que ellos puedan disfrutar. En Verdeza, estamos comprometidos con la felicidad de los adultos mayores.
Referencias:
Alarcón, R. (2000). Variables Psicológicas asociadas con la felicidad. Persona. 3. 149-157.
Borges, N; Castro, M; Cetina, C; Cruz, B; de los Reyes, M; Novelo, J. (2016). El concepto de la felicidad en personas de la tercera edad de la Ciudad de Mérida, Yucatán. Enseñanza e Investigación en Psicología. 21 (3). 282-290.
Gil, J y Muñoz, J. (2017). La felicidad: Conceptos, teorías, formas de medición y discusiones. Happiness: Concepts, theories, measurement and discussions. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
Segura D., M. y Ramos L., V. (2009). Psicología de la felicidad. Unife. 19(1), 9-25