A veces no le damos la suficiente importancia a nuestra salud mental, olvidando que están tan estrechamente unidas las dimensiones: cuerpo y alma, tanto así que es imposible que una esté bien sin la otra. Y que incluso, muchos padecimientos físicos están influenciados por procesos o conflictos emocionales, como es el caso de la gastritis y colitis.
Así que aquí les comentamos tres necesidades asociadas a la salud mental de las personas adultas mayores que pueden beneficiar la salud física.
1. Atención
En ocasiones sucede que estamos pendientes de muchas cosas y de muchas personas y nos olvidamos de nosotros (as) mismos (as), descuidando nuestros pensamientos, sentimientos e incluso, nuestra salud. Es importante que con frecuencia conduzcamos la mirada a nosotros (as) mismos (as) y a lo que estamos necesitando. A veces eso es detenernos, consentirnos con algún pasatiempo que nos apasione o dirigirnos unas palabras de amor propio.
Palabras que en ocasiones nos es tan fácil decir a nuestros seres queridos, como, por ejemplo: te amo o te perdono, pero que con frecuencia nos olvidamos de que también es necesario amarnos y perdonarnos por los errores que hemos cometido.
2. Escucha
Esa misma escucha o atención debemos tenerla con nuestro organismo en general, al preguntarnos, por ejemplo, ¿qué me está diciendo mi cuerpo? ¿Qué estoy necesitando en este momento? ¿Será que debo reducir la velocidad que llevo en la vida diaria? ¿O será que debo mejorar mis hábitos alimenticios?
3. Expresar sentimientos
Con ello queremos decir: no reprimir lo que sentimos, puesto que es mejor externar el enojo, la frustración o la tristeza (de una forma asertiva por supuesto) y darnos el permiso de sentir. Es más saludable decir a las personas: en este momento me siento molesta y necesito mi espacio y espero que lo respetes, a reprimir la molestia o sentirnos culpables por ello.
Todo esto, aunque parece muy sencillo, puede marcar la diferencia debido a que muchas veces nos acostumbramos a que es malo expresar las emociones o sentimientos y que debemos hacer “como si nada pasara”.
Esta tendencia a ocultar no solo lo que sentimos sino también lo que opinamos o queremos decir a otras personas, está asociada con la generación de sintomatologías a partir de causas psicológicas. Y por esta razón, insistimos en la importancia de no callar lo que debe expresarse.