Mengual, Juárez y Sempere (2012) mencionan que “el tiempo es uno de los recursos más importantes que disponemos” y agregan que, si aprendemos a sacarle provecho, tendremos resultados impresionantes.
No obstante, es común que se nos dificulte distribuir el tiempo y cumplir con las responsabilidades. Por lo que es importante aprender a organizar el tiempo y hacer el mejor uso posible. Por esta razón, a continuación, ofrecemos cuatro recomendaciones para organizar nuestra rutina diaria.
1. Tener presentes los objetivos que nos habíamos planteado
Curiosamente, hacer un buen uso del tiempo se relaciona con el seguimiento de objetivos concretos. Los mismos, los establecimos al principio de este año, por lo que es recomendable tomarlos en cuenta y no olvidarlos. Ellos nos ayudarán a mantenernos enfocados en su consecución, a la vez que servirán de guía para nuestras acciones.
2. Crear un horario
En este horario podemos retomar tanto las acciones que requerimos para cumplir las metas u objetivos personales, como los deberes diarios. Es importante que realicemos esfuerzos para seguir el horario planteado, no obstante, este tiene que ser realista y disponer de flexibilidad para realizar modificaciones en el plan, en el caso de que algo no salga como lo habíamos pensado. Por ejemplo, puede ser que una actividad que habíamos programado para una duración de una hora nos lleve más tiempo, por lo que tendremos que hacer ajustes.
3. Realizar primero los deberes
¡Qué bien nos sentimos cuando terminamos los deberes del día y podemos dedicarnos a descansar! Es por esta razón que recomendamos dar prioridad a las labores que más nos cuestan trabajo pero que son necesarias. Y si este deber requiere bastante fuerza de voluntad y pese a las dificultades logramos cumplirlo, podemos autorrecompensarnos con algún premio por el esfuerzo. (Eso es lo que en psicología se llama reforzar una conducta a través de la recompensa).
Después de algún tiempo, nos daremos cuenta de que habremos instaurado esta costumbre y que por lo tanto, no nos implica el mismo esfuerzo de cuando iniciamos.
4. Destinar tiempo al ocio
Esta recomendación va dirigida en el sentido de que algunas veces nos enfocamos más bien en las labores productivas o del oficio doméstico y nos dejamos consumir por el estrés diario hasta que llegamos a agotarnos.
No debemos olvidarnos de que es tan importante el tiempo destinado a las responsabilidades, como el que ocupamos en ocio; en tanto, este nos ayuda a mantenernos motivados y entretenidos. Algunos ejemplos de actividades de ocio son las siguientes: leer un libro, hacer ejercicio, realizar una rutina de relajación, tiempo de calidad en familia, etc.
Estas recomendaciones nos ayudarán a planificar nuestro día a día, pero más que todo, a lograr un equilibrio entre lo que debemos y lo que queremos hacer. De modo que podamos cumplir las responsabilidades y a la vez disfrutar de la vida cómo se debe.